BRIDGES. Julio Rojas. Nueva York. 2009.

viernes, 5 de noviembre de 2010

FACTORY GIRL

FACTORY GIRL
2006
Dirección: George Hickenlooper
Guión: Captain Manuzer
Música: Ed Shearmur
Fotografía: Michael Grandy
Reparto: Sienna Miller, Guy Pearce, Hayden Christensen, Jimmy Fallon, Meredith Ostrom, Mena Suvari, Mary-Kate Olsen, Ileana Douglas
Premios:
Género: Drama, Biografía
Localizaciones: Upper East Side (Metropolitan Museum of Art, Soho)
Sinopsis: Biopic y retrato de Edie Sedgwick, musa de Andy Warhol, que murió de sobredosis de barbitúricos a los 28 años de edad.

Crítica:
El lado Oscuro del Arte

Factory Girl no es un biopic al uso, ni de Andy Warhol, ni de Edie Sedgwick, no se trata de la típica crónica de un ascenso y de una caída, acompañada por una crónica de los tiempos contemporáneos del artista. Es más bien un poético retrato de varias personalidades extremas que, como tal, puede acabar resultando demasiado avasallador para el espectador.

Pero no me confundan, la película no explota el morbo que sin duda la historia tiene, pero tampoco obvia los oscuros detalles de los protagonistas, que tratan temas tales como el abuso, el adulterio, la adicción a toda clase de drogas o los instintos mas bajos del sexo (tanto homosexual como heterosexual).

Por otro lado la apuesta por no explotar lo obvio de la historia acaba por hacer de la misma algo disperso, como si al espectador no le quedara muy claro que es lo que quería contar su director o su guionista, ya que hay ciertos personajes y situaciones que no llevan a ninguna parte (como la mayoría de los secundarios; habrá que esperar a que Hayden Christensen reciba los halagos que se merece), sino que parecen existir por el mero hecho de dejar lucirse a sus actores, unos actores que saben aprovechar la jugada y que en algunos casos ofrecen claros indicios de genialidad en caracterizaciones ciertamente memorables.

Este es el caso de Guy Pierce, que recrea de manera mimética todos los gestos, voz, miradas y poses de un Andy Warhol mucho menos colorista que su arte, oscuro, y que acaba resultando triste en contraposición a su vibrante obra, presente a lo largo de toda la cinta, y, gracias a dios, no en “manera peloteo”, sino de una forma mucho más compleja y amoral (¿pero como es el arte al fin y al cabo?; y de Sienna Miller en una composición sencillamente perfecta (al igual que en Interview), que consigue eso que pocos actores logran, que el espectador sea incapaz de apartar la mirada de ella en cada segundo en pantalla, un reto dramático superado con creces, una presencia llena de luz, melancolía y energía que nos dejan ver una estrella más que perdimos.

Y por motivos totalmente desconocidos esta obra no se estrenó en las salas de España... ¿por qué?

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