Greenwich Village, es, como su propio nombre indica, un pueblo dentro de una gran ciudad. Su inconfundible carácter y su concreta historia han creado en este entramado de calles un sentimiento común y un modo de vida no tan ajetreado en la ciudad más bulliciosa del mundo.




Desde entonces, como ha ocurrido con otras zonas de la ciudad, el alto precio del suelo ha hecho que el barrio se aburguese bastante, migrando los anteriores residentes a zonas próximas como el SoHo o el East Village.


La Universidad de Nueva York también define el carácter del Village. Creada en 1981, atrae a unos 40000 estudiantes, y supone la antítesis religiosa y conservadora de la Columbia University.










Otras películas de este barrio son la mítica Toro Salvaje o las comedias Come, Reza, Ama y El Sueño de mi Vida (aquí vivían las protagonistas).


SOHO


SoHo vivió su mayor momento de popularidad en los años 70, cuando artistas como Robert Rauschenberg, Roy Liechtenstein o Andy Warhol vivían aquí.

Una buena forma de conocer el pasado del SoHo es la atípica biografía de Andy Warhol y de su musa, Eddie Sedgwick, Factory Girl, que muestra de manera exacta los detalles del nacimiento del SoHo. O por supuesto, su visión menos agradable y comercial: la dada por Scorsese en After Hours (década de los 80).




TRIBECA




Como dato curioso, apuntar los cambios que tienen lugar en barrios como este: siendo la frontera entre SoHo y TriBeCa la calle Canal St, fue hasta el siglo XIX un desague. Hoy, a pocos metros de allí, se alzan las maravillas art decó de la NY Thelephone Company y de la Western Union. Todo cambia.

LITTLE ITALY Y CHINATOWN








Otras película muy distinta, Granujas de Medio Pelo, también tenía lugar en este barrio. El maestro Woody Allen (y el mejor guía en un recorrido cinematográfico por la ciudad), enmarcaba aquí su bella fábula a partir de una lucrativa tienda de galletas.




Aunque si hay una cinta que merece revisarse para conocer la zona es el espectacular y excesivo fresco histórico que realizó Martin Scorsese en Gangs of New York. La plaza donde tienen lugar las batallas que sellaron el nacimiento de esta ciudad con sangre (Five Points) ya no existe, pero el abigarrado ambiente, mezcla cultural, y derroche artístico de la cinta, merece un revisado.
LOWER EAST SIDE
Como dice su nombre, Lower East Side se encuentra en la parte más sureste de la isla. Comunicada privilegiadamente con Brooklyn a través de tres espectaculares puentes (el Brooklyn bridge, el Manhattan Bridge y el Williamsburg Bride), Lower East Side es hoy en día uno de los lugares predilectos de la marcha nocturna neoyorquina, debido a los grandes almacenes y naves cercanas al puerto reconvertidos en grandes restaurantes y discotecas.
Pero la historia del Lower East Side se remonta mucho más atrás. De echo, por su localización sur, cercana al río y al mar, las primeras asentaciones en la zona datan de 1964, cuando los primeros judíos, 23 en total, llegaron a Nueva York, entonces llamada Nueva Amsterdam. Éstos eran de origen sefardita portugués y español, y habían sido expulsados de Brasil. Tras ser asaltados en su travesía, fueron recogidos por un barco francés que los trajo a la ciudad, entonces con el alcalde Peter Stuyvesant, famoso por su antisemitismo. Tras intentar encarcelarlos, deportarlos o ejecutarlos, se consiguió que establecieran una precaria colonia .
Más tarde, en 1664, la ciudad pasó a manos inglesas y a llamarse Nueva York. Casi un siglo después se construyó la primera sinagoga (que se encontraba en el actual Financial District).
La población judía fue creciendo lentamente y aumentó con las oleadas de inmigración del siglo XIX, contándose hasta cinco millones de judíos. Las condiciones de vida eran miserables (sin luz, agua potable, hacinamiento en los apartamentos y con los servicios en las calles), hasta que se consiguieron reagrupar en otras zonas como Brooklyn, Bronx, Queens, y el Upper West/East Side. En ese momento, muchas sinagogas que se habían construido en la zona cerraron, así como los periódicos en Yiddish y la población judía fue envejeciendo en la zona (hoy quedan unos 20000 judíos).
La degradación arquitectónica y el abandono fue arruinando la zona, pese a que con la expansión de la población asiática desde Chinatown muchos edificios, públicos y privados, se han ido recuperando, creando un vistoso crisol cultural en la zona, que hoy, como otras zonas de Manhattan, se ha convertido en hervidero de artistas y bohenmios (un residente reconocido del barrio es el polifacético James Franco).
Dos películas muy distintas, pero grandes en sus géneros, prueban el complejo pasado del Lower East Side. La primera es la épica obra de Sergio Leone Érase una vez en América, todo un recorrido por la historia del siglo XX de estas calles. La segunda es el musical de Barbra Streisand Funny Girl, que mostraba la gran comunidad judía del Lower East Side.


LOWER EAST SIDE
Como dice su nombre, Lower East Side se encuentra en la parte más sureste de la isla. Comunicada privilegiadamente con Brooklyn a través de tres espectaculares puentes (el Brooklyn bridge, el Manhattan Bridge y el Williamsburg Bride), Lower East Side es hoy en día uno de los lugares predilectos de la marcha nocturna neoyorquina, debido a los grandes almacenes y naves cercanas al puerto reconvertidos en grandes restaurantes y discotecas.
Pero la historia del Lower East Side se remonta mucho más atrás. De echo, por su localización sur, cercana al río y al mar, las primeras asentaciones en la zona datan de 1964, cuando los primeros judíos, 23 en total, llegaron a Nueva York, entonces llamada Nueva Amsterdam. Éstos eran de origen sefardita portugués y español, y habían sido expulsados de Brasil. Tras ser asaltados en su travesía, fueron recogidos por un barco francés que los trajo a la ciudad, entonces con el alcalde Peter Stuyvesant, famoso por su antisemitismo. Tras intentar encarcelarlos, deportarlos o ejecutarlos, se consiguió que establecieran una precaria colonia .
Más tarde, en 1664, la ciudad pasó a manos inglesas y a llamarse Nueva York. Casi un siglo después se construyó la primera sinagoga (que se encontraba en el actual Financial District).
La población judía fue creciendo lentamente y aumentó con las oleadas de inmigración del siglo XIX, contándose hasta cinco millones de judíos. Las condiciones de vida eran miserables (sin luz, agua potable, hacinamiento en los apartamentos y con los servicios en las calles), hasta que se consiguieron reagrupar en otras zonas como Brooklyn, Bronx, Queens, y el Upper West/East Side. En ese momento, muchas sinagogas que se habían construido en la zona cerraron, así como los periódicos en Yiddish y la población judía fue envejeciendo en la zona (hoy quedan unos 20000 judíos).
La degradación arquitectónica y el abandono fue arruinando la zona, pese a que con la expansión de la población asiática desde Chinatown muchos edificios, públicos y privados, se han ido recuperando, creando un vistoso crisol cultural en la zona, que hoy, como otras zonas de Manhattan, se ha convertido en hervidero de artistas y bohenmios (un residente reconocido del barrio es el polifacético James Franco).
Dos películas muy distintas, pero grandes en sus géneros, prueban el complejo pasado del Lower East Side. La primera es la épica obra de Sergio Leone Érase una vez en América, todo un recorrido por la historia del siglo XX de estas calles. La segunda es el musical de Barbra Streisand Funny Girl, que mostraba la gran comunidad judía del Lower East Side.


FINANCIAL DISTRICT


También es esta zona el origen de la propia ciudad de Nueva York, que se remonta casi cuatro siglos atrás. La hoy llamada Wall Street era entonces la frontera de una pequeña ciudad que daba paso al campo y a las granjas. Debido a la reducida dimensión de espacio que quedaba en el triángulo entre el East River, el Hudson River, y Wall Street, más pequeño si cabe ya que entonces algunas de las grandes calles por las que podemos pasar hoy eran en aquellos días canales, que más tarde fueron cubiertos para ganar terreno (por ejemplo, la gigante Board St.); la ciudad de expandió hacia el norte y hacia el este gracias al comercio marítimo (Pearl St., Front St., y South St.).
Estas reducidas dimensiones, pobladas en el Siglo XIX de financieros y negociantes, fueron solucionadas además con un descubrimiento arquitectónico crucial en la historia de las ciudades contemporáneas: la revolución de los grandes buildings construidos con un armazón de hierro. Hacia finales del siglo comenzó una precipitada carrera hacia el cielo, así como se construyó el Brooklyn Bridge, que permitía a los habitantes de la periferia (Brooklyn) llegar rápidamente a la ciudad por un puente de hierro de un quilómetro.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la zona experimentó un crecimiento e importancia derivados directamente de los felices años 50 norteamericanos, que situaron al Financial District como centro económico mundial, con el Stock Exchange y Wall Street como corazón del capitalismo occidental.
Aquí se hallan también, en el Civic Center, que es el centro administrativo de la ciudad, formado por un pequeño grupo de calles al norte del distrito, donde está el Ayuntamiento (Municipal Building) o el Tribunal de Justicia Federal y del Estado de Nueva York ("Courthouse" en 1 Centre St, que ha aparecido en películas como Sleepers o Ángeles en América); y también en el distrito, el antiguo puerto de Nueva York (Southstreet Seaport), prueba de que aún entre los colosos de metal y cristal quedan vestigios del pasado, en un barrio plagado de monumentos, parques y lugares con gran carga histórica.
Algunos lugares de interés son el Battery Park, que se encuentra en el extremo sur de Manhattan, enfrente de la estatua de la Libertad y el océano. En un principio, esta zona era un islote rocoso, pero el brazo de mar que los separaba de Manhattan se terrapeló para ganar terreno. Aquí se situaban también una batería de cañones que protegía a la ciudad a principios del siglo XIX de los ataques británicos. Desde aquí hay una privilegiada visión de la ciudad, de Nueva Jersey y de la estatua de la Libertad. Este parque era el lugar de cita de los personajes de la película de Madonna Buscando a Susan Desesperadamente, en El Día de Mañana, en los jóvenes de Diario de un Rebelde, o de los del film de Woody Allen Si la cosa funciona.
El fuerte Clinton, construido en 1812 es un edificio bajo y ovalado que se encuentra en el centro del parque. En principio fue el centro de acogida de inmigrantes, antes de que se situara en Ellis Island.
Otro popular monumento de la zona es el Memorial de la Guerra de Vietnam (55 Water St.), cuya construcción se extendió desde 1985 hasta el 2001. Es un muro sobre el que están inscritos los nombres de los soldados alistados en Nueva York y muertos en la guerra. Una pared hueca y recubierta con material traslúcido deja ver las cartas enviadas desde el frente a familiares y amigos.
Wall Street. Tan curioso nombre proviene de un muro construido en el siglo XVII por los holandeses para protegerse de los ataques británicos. Hoy, como se sabe, es la sede de la Bolsa y de los bancos más importantes del mundo. Pero Wall Street también ha pasado malos tragos: el Jueves Negro de 1929 arrasó con toda la nación, y las imágenes de gente saltando de sus oficinas lo dicen todo. Más tarde, en 1987 se dio el Lunes Negro, experimentando la caída más grande desde aquella. En 2001, a consecuencia de los ataques terroristas, el barrio estuvo completamente paralizado durante varios días, siendo la primera vez que la Bolsa de Nueva York permanecía cerrada seis días desde la Segunda Guerra Mundial. Algunos edificios de interés de esta zona son el New York Stock Exchange, el Federal Hall National Memorial (que era una ostentosa casa de aduanas cubierta de columnas dóricas), el Bank of new York o el Morgan Bank (con espectaculares vestíbulos). Una película por supuesto indispensable para ver y conocer los mecanismos de vida de esta zona es el clásico de Oliver Stone Wall Street, que le valió a Michael Douglas su único Oscar como actor por su papel de Broker. Otras, como American Psycho o Armas de Mujer, daban visiones muy diferentes entre sí (y ambas enmarcadas en los 80) del estilo de vida y la clase de gente que pueblan estas calles y estos edificios.
En el inicio de la calle Broadway, que luego recorrerá casi todo Manhattan, llama la atención la plaza donde se encuentra el Bowling Green (visto en Cisne Negro y El Padrino Parte III), y rodeada de modernos edificios de cristal, la iglesia Trinity Church (vista en la película La Búsqueda, con Nicholas Cage), construida a finales del siglo XIX tras un incendio y una demolición. La fachada de piedra caliza provocó en su construcción rechazo, porque no era una piedra noble. Al lado hay un pequeño cementerio, en cuya tumba más antigua, de 1681, descansa Robert Fulton, inventor del primer barco de vapor.
Al lado, está el Irving Trust Company Building, con bloques superpuestos y construido en 1930, en un terreno entonces considerado como uno de los más caros del mundo.
El Equitable Building data de principios del siglo XX, y en los años de su construcción, sus desmesuradas dimensiones fueron todo un reto y fuente de polémica por la sombra que daba a las calles. Tiene forma de H, y está montado encima de un zócalo con águilas y leones de piedra. Este edificio renacentista posee cuatro entradas y cinco mil ventanas. Después de su construcción se reguló la ley que reglamentaba el tamaño y forma de los edificios para favorecer la ventilación e iluminación de las calles.
Otro símbolo de la grandeza de la zona es el Woolworth Building, entre Barclay St y Park Pl. construido en 1911 en un estilo neogótico flamígero, con altos techos de pan de oro, bóvedas de cristal bizantino y ascensores rococó-neogóticos.
Y por supuesto, queda por mencionar el World Trade Center, o como hoy se conoce, la Zona Cero. Las Torres Gemelas o Twin Towers se construyeron en la década de los 70 con el objetivo de revitalizar un barrio que había perdido algo de dinamismo. Su diseño se había enfocado de tal manera que podían resistir fuertes ráfagas de viento o incluso terremotos a pesar de sus 410 m de altura y a sus más de 110 pisos cada una (siendo los rascacielos más altos de nueva York, y entre los más altos del mundo).
Las Torres Gemelas cumplían una esencial función administrativa: eran la sede de grandes firmas estadounidenses e internacionales. Había instaladas más de 1000 empresas, trabajaban más de de 40000 personas y cada día pasaban más de 12000 visitantes. Desde lo más alto, la panorámica de la ciudad era espectacular, similar a una vista de pájaro.
Antes de su destrucción, vimos proféticas visiones de la misma en películas como Deep Impact, Inteligencia Artificial o El Día de Mañana. Su imagen y la del skyline que formaban adornó infinidad de películas.
Las torres, símbolo de una nación y de todo un sistema social, económico y político, eran la entrada visual de la ciudad y su corazón financiero. Por ello, en la matanza ideológica que ha sido la guerra de este siglo XXI, su destrucción fue algo que conmocionó al mundo entero en la mañana del 11 de septiembre del 2001, cuando se vio el grotesco espectáculo de su desplome al chocar dos aviones de linea regular desviados en un atentado suicida que acabó con la vida de más de 3000 personas.
Las calles de toda la parte baja de Manhattan y más allá se cubrieron de polvo y ceniza, en una imagen apocalíptica difícil de olvidar. Tanto como la de gente saltando desde aquella altura en un intento desesperado de vivir o morir. La película que cubrió el suceso (World Trade Center, de Oliver Stone), fue un tanto fallida, pero trató de recordar, de una manera demasiado mística y patriótica, la labor de los bomberos y policías en la masacre. Sin embargo, la visión en profundidad de campo de la tragedia que ofrecía United 93, si consiguió la necesaria carga trágica y la trascendencia de aquel día, desde los ojos de todos los que vimos como esos dos grandes titanes se desmoronaban como un castillo de cartas.
Tras 8 meses se consiguió despejar la zona de escombros y se proyectaron dos lasers hacia el cielo como símbolo de las torres desaparecidas.
Hoy en día es un amplísimo solar, cuya dimensión es apreciable desde la altura, protegido por rejas altas. Sobre paneles negros están escritos los nombres de los héroes de aquel día. Lo hemos podido ver en Julie & Julia, donde el personaje de Amy Adams tiene el difícil trabajo de atención a los familiares de las víctimas.
La reconstrucción de la zona, que incluye a otros edificios desplomados aquel día, ha comenzado ya de manera lenta y constante. En el hueco de las torres habrá dos fuentes, rodeadas de un parque y un museo, así como de varios edificios ya en construcción y de la nueva torre, que con sus 541 m será la más alta del mundo, y con un nombre, esperemos, profético: Freedom Tower.