BRIDGES. Julio Rojas. Nueva York. 2009.

viernes, 5 de noviembre de 2010

KRAMER CONTRA KRAMER

KRAMER VS. KRAMER
1979
Dirección: Robert Benton
Guión: Robert Benton basado en la novela de Avery Corman
Música: John Kander & Herb Harris
Fotografía: Néstor Almendros
Reparto: Dustin Hoffman, Meryl Streep, Jane Alexander, JoBeth Williams, Justin Henry
Premios: 5 Oscars – Película, Director, Actor (Hoffman), Actriz Secundaria (Streep), Guión Adaptado
Género: Drama Familiar
Localizaciones: Central Park (The Mall)
Upper East Side (Escuela - East 82nd St con Madison Av)
Sinopsis: Un ejecutivo de publicidad ve como su vida queda completamente alterada cuando su mujer le abandona de la noche a la mañana, y tiene que hacerse cargo del hijo de ambos, compaginándolo con su carrera, cosa que nunca antes había hecho.

Crítica:
La vida después de ella

Kramer vs. Kramer, vista hoy, es una cinta que puede parecer algo anticuada, anacrónica. Ya solo los telefilmes se dedican a contar historias de padres divorciados y el efecto en sus hijos. Pero en su momento, en la década de los 70, con la ola del llamado “Nuevo Cine” establecida en Hollywood, encajaba a la perfección en ese tipo de películas que suponían una cura de humildad ante las superproducciones felices del viejo Hollywood, que hablaba de conflictos humanos y actuales más allá de la técnica. Y esos conflictos, por lejanos que nos parezcan ahora, estaban presentes entonces.

Los Kramer no son felices, o al menos una mitad de la pareja. Así que un día ella decide irse, dejando a su marido con el hijo de ambos, de 7 años. Así, padre e hijo deberán aprender a convivir en esa nueva situación, por efímera que esta pudiera ser.

Con este sencillo argumento y apenas unos interiores grises (reflejo de las vidas de sus protagonistas), el magnífico director Robert Benton crea un decálogo casi teatral sobre la pareja y la ausencia de ella, en la que sus personajes son seres poliédricos obligados a enfrentarse a sus propias decisiones y conflictos. Por eso Kramer vs. Kramer es esencialmente una película de actores, de la que dos de los mejores intérpretes de la generación llegada al cine en los 70 sacan todo el partido posible.

Dustin Hoffman añade una cara más a su admirable galería de personajes de la época (Cowboy de medianoche, Perros de Paja, Lenny, Todos los hombres del presidente, Marathon Man, Tootsie...), y como en todos ellos, la humanidad con la que defiende sus papeles, le hacen un actor extraordinario, sutil, con la cantidad de detalles que definen a una persona (la relación con su hijo en esta película es arrebatadora).

Y una Meryl Streep primeriza casi en la gran pantalla, se aventura con un papel difícil y poco simpático, pero en los pocos minutos que aparece en pantalla consigue que nos apiademos de ella, que la odiemos, que la perdonemos, que la comprendamos. Solo una magistral actriz como ella sabe como explicar toda la historia de una vida en apenas unos minutos. Y el mundo del cine lo vio claro.

Una película distinta, en temática y resolución, pero válida como documento social y emocional de los pequeños grandes cambios del mundo.

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