BRIDGES. Julio Rojas. Nueva York. 2009.

viernes, 5 de noviembre de 2010

LA DECISIÓN DE SOPHIE

SOPHIE'S CHOICE
1982
Dirección: Alan J. Pakula
Guión: Alan J. Pakula basado en la novela de William Styron
Música: Marvin Hamlisch
Fotografía: Néstor Almendros
Reparto: Meryl Streep, Kevin Kline, Peter McNicol, Rita Karin, Stephen D. Newman, Greta Turken, Josh Mostel, John Rothman, Eugene Lipinski
Premios: Oscar Mejor Actriz. 5 Nominaciones (Fotografía, diseño de vestuario, banda sonora, guión)
BAFTA: 2 Nominaciones (Mejor actriz, mejor debutante -Kevin Kline)
Globos de Oro: Mejor Actriz Drama. 3 Nominaciones (Mejor película, mejor debutante)
Mejor Actriz en Boston, Kansas, Los Angeles, Nueva York, National Board of Review, National Society of Films Critics
Género: Drama Histórico, Drama Romántico
Localizaciones: Brooklyn
Sinopsis: Verano de 1947. Tras haber pasado su servicio militar en los marines, un joven aspirante a escritor, llamado Stingo, llega a Nueva York. Se refugia en Brooklyn, en una simpática casita, convertida en pensión de familia, que responde al extraño nombre de El Palacio Rosa. Stingo empieza a escribir su novela, pero su plácida y penosa soledad se ve turbada a los pocos minutos por los ruidos de una pareja haciendo el amor en la habitación de arriba. Stingo conocerá a estos amantes y quedará prendado por la amabilidad y simpatía de ambos. Ella, Sophie Zawistowska es una hermosa emigrante polaca católica. Él, Nathan Landau, un brillante intelectual judío. Poco a poco, Stingo se hace el mejor amigo de los dos amantes, iniciando así una curiosa relación triangular. El escritor va conociendo poco a poco a sus nuevos amigos. Sophie, hija de un ilustre profesor polaco antijudío fue enviada, pese a todo, por su condición de católica, al campo de concentración de Auschwitz. Desde la liberación, la muchacha ha vivido bajo el peso de la enorme culpa por haber sobrevivido al mortal campo, mientras toda la gente a la que quería ha desaparecido. Stingo se enamora románticamente de esta mujer acosada por su pasado. Pero ella está desesperadamente enamorada de Nathan, un hombre cuya exuberancia y cariño puede convertirse de pronto, de una forma irracional, en un trago amargo y amenazador. Nathan vive una falsa vida intelectual, inmerso en toda clase de libros y recortes sobre el holocausto. Cuando Stingo conoce ya todo el pasado secreto de Sophie y los dramas que vivió en el campo de concentración, estalla la tragedia. Los dos hombres han pedido en matrimonio a Sophie. Stingo con su enamorada inexperiencia y Nathan a punto de sufrir una grave crisis. La decisión será de Sophie, que impone el trágico desenlace.

Crítica:
El pasado sobre nosotros, Las heridas abiertas

Stingo, el joven protagonista de La Decisión de Sophie, somos todos nosotros. Espectadores impávidos a los despropósitos del mundo, horrorizados por la capacidad de hacer el mal del ser humano, pero demasiado asustados y pequeños para poder intervenir. Stingo asiste a la revelación de Sophie, una joven polaca que vive una tormentosa relación con un estadounidense, Nathan, que la salvó cuando llegó al nuevo mundo después de la Segunda Guerra Mundial. Y en el pasado de Sophie, tanto Stingo como nosotros, atisbamos como se puede herir de por vida el alma de un ser, cómo podemos utilizar tanto nuestra mezquindad para hacer que, entre otras cosas, una madre tenga que elegir entre dos hijos.

Porque el Siglo XX nos pertenece a todos, y todos hemos hecho de él que en incontables eones de tiempo sea el más sanguinario de todos, justo cuando creíamos que los valores sociales y morales de la raza humana se desarrollaban para un bien común. Pero es innegable que en ese siglo, que se abrió con una matanza ideológica (la Revolución Rusa) y se cerró con otra (la caída de las Torres Gemelas) ha creado tantas muertes y traumas que nos cuestionemos nuestro gentilicio de “Raza Superior”. La historia de La Decisión de Sophie pudo pasar, y los dolores de personas como ella sin duda fueron sufridos.

La película, injustamente olvidada a día de hoy, es un potente y desgarrador retrato del nazismo, pionera en la utilización de la vertiente humana de la historia, y una de las mejores películas de Pakula, que cuenta su historia de un modo clásico e innovador para entonces (los flashbacks), y consigue hacer fluida y emotiva la excelente y densa prosa de William Styron en la novela. Combina los dos tiempos narrativos con precisión, el “alegre” devenir de los protagonistas en Nueva York; y el gris pasado de Sophie en Auschwitz, con un diseño de producción tan bueno que casi se puede oler el humo de los crematorios.

Kevin Kline da un fascinante ejercicio de interpretación en su primera película como el desequilibrado Nathan. Y Merl Streep. Si ella fue lo que fue, es lo que es, y será lo que será para el mundo del cine es en gran parte por esta película. Más allá de cuestiones técnicas como el uso de la voz en cuanto a los idiomas que habla, o la vista de su mellado cuerpo, su interpretación en en el filme va más allá de lo calificable. Su Sophie es uno de los mayores y mejores personajes que nos ha dado el séptimo arte, ya que casi nunca se ha visto una comprensión tan total, desde las entrañas hasta el último cabello, de un personaje. Todos los planos de La decisión de Sophie en que ella aparece están cargados de una tensión y una vida que no se pueden calificar sólo como cine. La estructura de Sophie como muñeca rusa emocional que va abriéndose a lo largo de la trama y nos deja atisbar los episodios de una vida marcada por la tragedia, son servidos por una actriz perfecta y envidiable, que con está película define para siempre lo que significa ser actor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario