BRIDGES. Julio Rojas. Nueva York. 2009.

jueves, 16 de diciembre de 2010

CUANDO HARRY ENCONTRÓ A SALLY

WHEN HARRY MET SALLY
1989
Dirección: Rob Reiner
Guión: Nora Ephron
Música: Marc Shaiman
Fotografía: Barry Sonnenfeld
Reparto: Meg Ryan, Billy Crystal, Carrie Fisher, Bruno Kirby, Steven Ford
Premios: Nominada al Oscar Mejor guión original
Género: Comedia Romántica
Localizaciones: Greenwich Village (Washington Square Park; Katz's Delicatessen, 205 East Houston Street and Ludlow Street; West Broadway - Between Prince Street and West Houston Street)
Central Park (Loeb Boathouse; Bethesda Fountain)
Upper East Side (Metropolitan Museum of Art, 1000 5th Avenue and 82nd Street)
Upper West Side (West 77th Street and Central Park West; Jess & Marie Brownstone, 32 West 89th Street and Central Park West; West 96th Street and Broadway; Cafe Luxembourg, 200 West 70th Street and Amsterdam Avenue)
Sinopsis: Harry Burns (Billy Cristal) y Sally Albright (Meg Ryan) son dos estudiantes universitarios que se conocen por casualidad, cuando ella se ofrece a llevar Harry en su coche. Durante el viaje hablan sobre la amistad entre personas de diferente sexo y sus opiniones son absolutamente divergentes: mientras que Harry está convencido de que la amistad entre un hombre y una mujer es imposible, Sally cree lo contrario. A pesar de ello, pasan los años y su relación continúa.

Crítica:
Viejos Amigos

Cuando Harry encontró a Sally es la comedia romántica emblemática de la década de los ochenta. Con un material que actualizaba la clásica guerra de sexos en el género, y el eterno dilema que existe entre los hombres y mujeres cuando se mezcla la amistad y el amor, el director Rob Reiner (entonces en la cumbre de su carrera) y la guionista Nora Ephron (que había escrito las maravillosas Silkwood y Se acabó el Pastel, y que más tarde se consagraría con Algo para Recordad y Tienes un e-m@il), relatan en Cuando Harry encontró a Sally una prototípica historia de chico-conoce-chica y todo lo demás, cuya mayor virtud está en la sinceridad que emana de su guión.

Éste en ningún momento peca de ponerse trascendente o de aleccionar en algo tan aleatorio como el amor, sino que aprovecha la cotidianidad y la honestidad del día a día de una relación de amistad contemporánea. Puede que a día de hoy, algunos de los dilemas a los que se enfrentan sus protagonistas ya estén superados, y suenen algo anacrónicos, pero la fábula de Cuando Harry encontró a Sally sigue funcionando gracias a ese guión, recordemos, nominado al Oscar, que siguiendo los patrones de la comedia clásica, supo crear personajes verdaderos en su tiempo y poner en su boca palabras que nunca se exceden en la sensiblería y el tópico.

Y por supuesto, otro gran mérito de la cinta es su pareja protagonista. Aunque con los años las carreras de Billy Crystal y Meg Ryan hayan revelado su falta de versatilidad y alguna decisión equivocada, es innegable el encanto y la química que desprenden Harry y Sally gracias a ellos. Ambos aportan el necesario toque de carisma y sensibilidad a una bonita historia que habla en profundidad de lo que significa ser amigos y amantes.

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