BRIDGES. Julio Rojas. Nueva York. 2009.

jueves, 16 de diciembre de 2010

LA SEMILLA DEL DIABLO

ROSEMARY'S BABY
1968
Dirección: Roman Polanski
Guión: Roman Polanski sobre la Novela de Ira Levin
Música: Christopher Komeda
Fotografía: William A. Fraker
Reparto: Mia Farrow, John Cassavetes, Ruth Gordon, Ralph Bellamy, Sydney Blackmer, Maurice Evans, Angela Dorian, Patsy Kelly, Elisha Cook, Charles Grodin
Premios: Oscar: Mejor actriz secundaria (Ruth Gordon). Nominación Mejor Guión Adaptado
Género: Terror
Localizaciones: Upper West Side (The Dakota Building, 72nd Street and Central Park West)
Midtown (Time and Life Building, 1271 Sixth Avenue)
Sinopsis: Los Woodhouse son un matrimonio que se muda a un edificio frente al Central Park en Nueva York, una casa que según un amigo está maldita. Allí los reciben Minnie y Roman Castevet, que los colman de atenciones, y Terry, que se suicida poco después de llegar ellos. Ante la perspectiva de un buen futuro, los Woodhouse se plantean tener un hijo, y Rosemary se queda embaraza, aunque todo lo que recuerda es haber hecho el amor con una extraña criatura que le ha dejado todo el cuerpo lleno de marcas. Con el paso del tiempo, Rosemary comienza a sospechar que algo extraño ocurre con su embarazo...

Crítica:
Psicología Sensorial

La Semilla del Diablo es el ejemplo claro de la grandeza como director de Roman Polanski. Con un material que fácilmente habría podido caer en los lugares comunes, lo previsible, y lo autoparódico, Polanski construye un tenso y sostenido drama psicológico que produce mucho más terror que la mayoría de las películas de terror. Es cierto que en el año de la realización de La Semilla del Diablo, el género no estaba tan viciado como lo está ahora, pero eso no resta méritos a esta excelente cinta, sino más bien al contrario, ya que es la inspiración de muchas películas de terror recientes.

Pese a que en su tramo final, por la obligación de resolver la historia, la película pierda algo de tensión y credibilidad, a lo largo de las dos horas de metraje, La Semilla del Diablo es capaz de mantener una plácida atmósfera de desasosiego. Apenas ocurre nada, pero todos los pequeños detalles que acontecen en la vida de la protagonista adquieren un carácter trágico y denso que llevan al espectador al más profundo miedo.

Polanski filma así una cinta apoyada más en sus ambientes y sus atmósferas que en su guión o su historia. El gótico edificio Dakota, en Nueva York, es el escenario que el director utiliza como puerta del infierno, en el viaje que hace emprender a su protagonista, una excelente Mia Farrow en uno de los papeles más arriesgados de su carrera, ya que la carga emotiva del mismo lleva a la actriz a un sugestivo estado de ánimo constante, a tal presión sensorial y psicológica que la actriz hace que los espectadores no podamos apartarnos de su sufrimiento.

La Semilla del Diablo es pues un férreo espectáculo sensorial que más allá de las limitaciones del género y la época, y que es capaz de ofrecer a los espectadores un honesto e intrigante recorrido por la obsesión y el miedo en su estado puro.

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