BRIDGES. Julio Rojas. Nueva York. 2009.

lunes, 3 de enero de 2011

TORO SALVAJE

RAGING BULL
1980
Dirección: Martin Scorsese
Guión: Paul Schrader & Mardik Martin
Música: Varios
Fotografía: Michael Chapman
Reparto: Robert De Niro, Cathy Moriarty, Joe Pesci, Frank Vincent, Nicholas Colasanto, Theresa Saldana, Mario Gallo, John Turturro
Premios: 2 Oscar (Mejor Actor, Mejor Momntaje). 8 Nominaciones (Película, Director, Actor de Reparto -Joe Pesci-, Actriz de Reparto - Cathy Moriarty-, Fotografía, Sonido)
Género: Drama Social, Drama Familiar, Biografía
Localizaciones: Greenwich Village (Swimming Pool, St Luke's Place, Leroy Street and Hudson Street)
Sinopsis: Jake la Motta es un joven boxeador que se entrena duramente, con la ayuda de su hermano y mánager Joey, para convertirse en el campeón de los pesos medios. Pero Jake es un paranoico que descarga su agresividad tanto dentro como fuera del ring. Incluso su hermano es víctima de su enfermizo carácter. Cuando, por fin, consigue hacer realidad su sueño, el éxito convierte su vida en una pesadilla. Por un lado, su matrimonio marcha cada vez peor debido a sus salidas nocturnas con otras mujeres; por otro, la mafia le presiona para que amañe combates.

Crítica:
El Patetismo de la Herida Figura del Triunfo

Al contrario de lo que ocurre con otras películas de la época, la fama y el apelativo de obra maestra de Toro Salvaje no es algo que se le haya dado con los años por la carrera de sus propios implicados. Toro Salvaje es un clásico porque todo lo que en ella hace acto de presencia y la manera en que está plasmado en pantalla crea tal sensación de épica y de veracidad que es imposible discutirlo.

Como biografía de ascenso y caída, Toro Salvaje es la película referencial. Como metáfora sobre el poder y la gloria, también. Como película sobre el cuadrilátero, es posiblemente de las mejores que han mostrado este sub mundo. Todo ello gracias a un director en estado de gracia al que no se le escapa el más mínimo detalle de la vida de Jack La Motta.

Scorsese plantea, desde una visión que se abstrae de la propia película, la posibilidad de existencia de las fisuras de una bestia. Como si él fuésemos nosotros, atisbamos a lo largo del metraje las muchas caras de La Motta, en un proceso de observación que va desde su tosco y enérgico carácter hasta la más mínima quebradura, el momento en que el mundo perfecto imaginado por Jack se viene abajo por la manipulación de las personas de su alrededor o por sus propios excesos.

Toro Salvaje es pues un brutal y operístico (esa maravillosa música…) retrato del patetismo y de la falsa victoria; del fracaso humano reconvertido en éxito social vía sueño americano, a través de una arrolladora personalidad a la que da vida en uno de sus más memorables momentos un sobrenatural Robert De Niro, que más allá de engordar mucho para el papel, se convierte en una herida figura del triunfo, en un juguete roto por el exceso y el afán de gloria, que Scorsese con su fotografía en blanco y negro recoge la belleza y la honestidad del momento y la vertiente humana de nuestros propios excesos.

Toro Salvaje: una obra maestra.

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