BRIDGES. Julio Rojas. Nueva York. 2009.

miércoles, 27 de abril de 2011

RÉQUIEM POR UN SUEÑO

REQUIEM FOR A DREAM
2000
Dirección: Darren Aronofsky
Guión: Darren Aronofsky, Hubert Selby Jr. sobre la Novela de Hubert Selby Jr.
Música: Clint Mansell
Fotografía: Matthew Libatique
Reparto: Jared Leto, Jennifer Connelly, Ellen Burstyn, Marlon Wayans, Christopher McDonald, Louise Lasser, Marcia Jean Kurtz, Janet Sarno, Suzanne Shepherd, Dylan Baker, Keith David, Peter Maloney
Premios: Nominada al Oscar: Mejor actriz (Ellen Burstyn)
Nominada al Globo de Oro: Mejor actriz (Ellen Burstyn)
Seminci: Espiga de Oro: Mejor película
National Board of Review: Reconocimiento especial
Género: Drama Social, Intriga
Localizaciones: Brooklyn (Coney Island, Red Hook)
Sinopsis: Harry (Jared Leto) y su madre (Ellen Burstyn) tienen sueños muy distintos: ella está permanentemente a dieta esperando el día en que pueda participar en su concurso televisivo preferido; la ambición de Harry y su novia Marion (Jennifer Connelly) es hacerse ricos vendiendo droga y utilizar las ganancias para abrir un negocio propio, pero nunca tienen el dinero suficiente para ello. A pesar de todo, Harry y Marion no se resignan y harán lo inimaginable para conseguir la vida que anhelan.

Crítica:
La soledad y el Nuevo Mundo

Que Darren Aronofsky es un genio es algo que nadie debería atreverse a discutir. Sus películas pueden gustar o no, pero la valentía y la originalidad de sus propuestas en un cine tan convencional como es en ocasiones el norteamericano, debería aplaudirse al margen del gusto personal de cada espectador.

Ya sea con una cinta de arte y ensayo como Pi, con la sucia y alucinógena mirada al mundo de las drogas de Réquiem por un Sueño, con la historia de amor filosófica e intertemporal de La fuente de la vida, con la crónica del desamparo y el fracaso de The Westler, o con el salto al vacío de la creación artística de Cisne Negro, el cine de Aronofsky es un violento revulsivo sobre las emociones humanas, un puñetazo al corazón de cada espectador que se deje asombrar por el genio de un director que siempre tiene algo que contar y que es capaz de provocar infinitas sensaciones (en general bastante incómodas) desde la pantalla, como por ejemplo, Polanski en sus mejores años.

Réquiem por un Sueño quizá sea una de las películas mas incomodas de ver, no sólo de su cine, sino del séptimo arte en general. Lo que podría haber sido una manida historia más sobre los abismos de la droga y la degradación que este mundo provoca en las personas, se convierte, gracias a su director, en un chute en las venas de cada espectador, un viaje psicotrópico no solo visto sino también vivido por cada uno de nosotros. Los mil recursos que Aronofsky utiliza no quieren tan solo estilizar y diferenciar su película, sino que hacen sumergirse en las sensaciones, miedos, temores, subidones, y sobre todo dolores, de sus protagonistas.

Pero si esta película provoca escalofríos y es tan indiscutiblemente magistral, es en parte por un reparto entregado que construye las humanidades que su director nos muestra destruirse. Los cuatro actores protagonistas están realmente excepcionales en su retrato de los distintos tipos de adicciones y de soledades. Porque de esto es de lo que habla Réquiem por un Sueño: de cuatro exisencias maltratadas por la falta de un objetivo en la vida, de cuatro vidas rotas por la absoluta falta de comunicación del mundo moderno y el aislamiento afectivo de sus habitantes.

Y aquí es donde es necesario nombrar, alabar, a Ellen Burstyn, en el mejor papel de su carrera (es incontable la cantidad de momentos memorables protagonizados por la actriz: el monólogo a su hijo, su viaje en el metro, el plano final...), un desgarrador retrato de una mujer sola y maltratada por la mentiras y los males del mundo moderno, la verdadera mártir de esta escalofriante cinta que debería estudiarse cada vez que alguien quiere escapar del mundo (porque siempre es así) a través de cualquier droga.

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