BRIDGES. Julio Rojas. Nueva York. 2009.

martes, 31 de enero de 2012

CELEBRITY


CELEBRITY
1998
Dirección: Woody Allen
Guión: Woody Allen
Música: Varios (Jazz)
Fotografía: Sven Nykvist (B&W)
RepartoKenneth Branagh, Melanie Griffith, Winona Ryder, Leonardo DiCaprio, Judy Davis, Joe Mantegna, Charlize Theron, Famke Janssen, Michael Lerner, Bebe Neuwirth, Hank Azaria, Greg Mottola, J.K. Simmons, Ingrid Rogers
Premios:  Nominada a Mejor Casting por Casting Society of America, USA 
Nominada a Mejor película y Mejor fotografía por Csapnivalo Awards 
Nominada a los Teen Choice Awards (Leonardo DiCaprio)
Género: Comedia
Localizaciones: Tribeca (Franklin Street Subway and West Broadway)
Central Park
Upper East Side (The Cherokee, 517 East 77th Street and York Avenue; 995 5th Avenue and East 81st Street; Elaine's Restaurant, 1703 2nd Avenue and East 88th Street)
Midtown (375 Park Avenue) 
Theater District (Ziegfield Theatre, 141 West 54th Street and 6th Avenue; Barbetta Restaurant - 321 W. 46th Street)
Queens (31st Drive and 12th Street, Long Island City; Queensboro Bridge, East 59th Street)
SinopsisA sus cuarenta años, Lee Simon siente que no le ha sacado suficiente partido a la vida. Escribe artículos sobre viajes y entrevistas con personajes del mundo del espectáculo, pero sueña con publicar una novela o un guión cinematográfico que incrementen su prestigio. El problema es que, tras su divorcio, se mueve en un ambiente demasiado frívolo y superficial. 

Crítica:
Luz de Candilejas

Entre fábulas optimistas como Desmontando a Harry o Granujas de Medio Pelo, Allen realizó en Celebrity, una película sobre las apariencias, que juega así mismo con una apariencia, para ocultar, de manera tan inteligente como sólo este genio sabe hacerlo, otra fábula, pero mucho más oscura (y por tanto cercana a las posteriores Match Point o Cassandra's Dream) sobre el ego, la soledad, el absurdo de los trabajos que no somos capaces de abordar, de la luz de candilejas de varias vidas, y de la del protagonista en particular, que iluminan, adornan y embellecen una existencia en realidad vacía, confusa, y sin ningún sentido de la realización.

Porque el alter ego de Allen aquí, Branagh (que como otros antes y después de él, le clava), tiene todo lo que cualquiera podría desear. Deja a su mujer, inestable, celosa, poco atractiva, con un trabajo que no se acopla para nada a su vida (y que una excepcional actriz, Judy Davis, clava en emoción y en carcajadas); y pasa a vivir en un carrusel que va desde espectaculares top models de fácil orgasmo (nunca Theron estuvo más bella, y más desternillante), a divas de la interpretación de corazón dulce (Griffith, todavía grande); pasando por actores de moda, de dudosa estabilidad mental (un efusivo DiCaprio, demostrando que podía hacer mucho más que Titanic), pero que le proporcionan las noches locas que todos queremos tener, y bohemias angelicales (Ryder, también todavía grande) capaces de devolverle la ilusión de su juventud.

Pero eso es todo, una ilusión, porque sin darse cuenta, el protagonista va quedándose cada vez más solo, sus experiencias con estas personas, aunque le hacen pasearse por las altas esferas del glamour y las celebridades, son ilusiones de amistades que no son reales; relaciones que no se materializan en nada verdaderamente humano, pero que le van apartando de su verdadero ser, del artista que él es. Además, Allen, en una carambola inesperada, alterna esta línea con el renacer vital de la esposa de aquel (Davis), una escalada que ocurre por el sincero sentimiento del amor verdadero, capaz de convertirla en una mujer nueva y sana que además tiene a alguien a su lado.

Decía que Celebrity entraría en el ramo de las películas oscuras de Allen. Y es que no le da una lección a Branagh que éste pueda aplicar, no le redime de sus carencias, y no nos permite verle aprenderlas. Sólo un magistral golpe de efecto justo al final de la película, revela que es consciente, por fin, del vacío de su existencia y de su rematada soledad. Pero su expresión, aterradora (qué grande Branagh en este momento), revela que no sabe ni sabrá salir de ahí, que necesita ayuda, pero, ¿quién se la dará?

Mucha gente no supo apreciar la profundidad de Celebrity. Sólo vieron otra entrega intelectualoide en blanco y negro, que era frívola y hablaba de la frivolidad. Pero además de su poder estético, Celebrity es una joya sin discusión, que está brillantemente rodada y tiene una fuerza humana indiscutible.

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