GIA

GIA

1997

Dirección: Michael Cristofer

Guión: Michael Cristofer & Jay McInerney

Música: Terence Blanchard

Fotografía: Rodrigo García

Reparto: Angelina Jolie, Elizabeth Mitchell, Faye Dunaway, Eric Michael Cole, Kyle Travis, Mercedes Ruehl, Holly Baker, Louis Giambalvo

Premios: Globo de Oro Mejor Actriz de Televisión

Género: Drama, Biografía

Localizaciones: Central Park
Queens (Gantry Plaza State Park, 4-74 48th Av)

Sinopsis: Biopic basado en la vida de Gia Marie Carangi, supermodelo de los años 70 y 80, que al poco tiempo de llegar a la Gran Manzana desde su Philadelphia natal, por su desparpajo y belleza consigue ser la protagonista de pasarelas y revistas de moda. Pero su inestable carácter le lleva a caer de lleno en el mundo de las drogas y la enfermedad.

Crítica:

La caída de Gia, el ascenso de Jolie

Sensual y provocativa cinta acorde con el huracanado carácter de la modelo homónima en cuya vida se basa esta interesantísima película de televisión del canal HBO que sigue la linea de inmensa calidad de las películas que produce.

La típica historia de ascenso y caída sirve de base para contar la historia olvidada de una portentosa mujer, o mejor aún, una niña obligada a ser mujer, su relación con su entorno, con su trabajo, con sus defectos, sus familiares y ante todo consigo misma, con su contradictoria y compleja personalidad, autodestructiva pero pura y bondadosa.

La odisea vivida por una joven de Philadelphia que en los difíciles años 80 llega a la jungla de los rascacielos, Nueva York, donde las fieras son hombres con traje y corbata y los huracanes y riadas son drogas que circulan tan libres como la mente de la joven Gia, perdida en el país de las maravillas, como la niña de sus cuentos, de sus diarios, utilizados de forma metafórica en la cinta a modo de falso documental, lo que le da una agilidad y emotividad únicas, lo que demuestra que pese al limitado marco televisivo, el director sabe como contar una historia que si bien no sabe huir de lo tópico y lo previsible, si sabe transmitir la dureza de una belleza perdida, de una inocencia que se fue y de un amor no encontrado, a través de imágenes de un poder sensual increible, que tanto pueden ser bellas (los encuentros sexuales entre Angelina Jolie y Elizabeth Mitchell) como terríblemente axfixiantes (la sesión de fotos oriental).

Pero la película no sería lo que es sin la labor de sus actores. Si bien los secundarios están plenamente adecuados, es el trabajo de Angelina Jolie lo que hace realmente memorable Gia. Su interpretación es de lejos la mejor de su carrera, y es merecedora de todos los premios que ganó, pero ante todo, hace reivindicable el papel de Angelina Jolie en el cine, habiendo demostrado que es capaz de asumir retos dramáticos de lo más arriesgados y de componer un personaje perfecto, porque su Gia es mutable, pero también permanece en la memoria tras haberla conocido.

La fuerza que demuestra en pantalla va mucho más allá de su indudable belleza, aquí asímimo más evidente que nunca. Su sensualidad y el poder que demuestra en cada fotograma demuestra que además de actriz tiene madera de estrella. Ahora solo hace falta que consiga más papeles como este.