BRIDGES. Julio Rojas. Nueva York. 2009.

viernes, 19 de noviembre de 2010

GUERRA DE NOVIAS

BRIDE WARS
2009
Dirección: Gary Winick
Guión: Greg DePaul, Casey Wilson, June Diane Raphael
Música: Ed Shearmur
Fotografía: Frederick Elmes
Reparto: Kate Hudson, Anne Hathaway, Bryan Greenberg, Candice Bergen, Kristen Johnston
Premios:
Género: Comedia Romántica
Localizaciones: Central Park (Center Drive and 6th Avenue
Midtown (Bloomingdale's - 1000 3rd Av con East 59th St; Pulitzer Fountain - W 58th St con Grand Army Plaza; Oficina de Liv - 1211 Avenue of the Americas; The Plaza Hotel - 750 5th Av)
Upper West Side (72nd Street Subway Station; Amsterdam Avenue and West 73rd Street)
Sinopsis: Emma (Anne Hathaway) y Liv (Kate Hudson) han sido desde siempre muy buenas amigas (de aquellas que se apoyan en todo, a las buenas y a las malas) y, desde su infancia, han soñado con casarse en junio en el Hotel Plaza de Nueva York. Una ilusión que van a poder compartir y planificar juntas, ya que sus peticiones de mano ocurren con poco tiempo de diferencia y sus bodas van a ser el mismo fin de semana. Un error administrativo, sin embargo, agrieta esta felicidad: las bodas han sido reservadas para el mismo día, y una de las dos va a tener que cambiar la fecha. Sin estar dispuestas a renunciar a su sueño, y utilizando todas las armas que tienen a su alcance, empezará entonces una feroz competición entre Liv y Emma para conseguir la reserva del Hotel Plaza.

Crítica:
El (puñetero, cursi, inaguantable) sueño de sus vidas

Nunca suelo excusarme cuando veo una película, pues me he tragado grandes bodrios, y algunos de ellos los he disfrutado como un chaval. Pero aquí debo decir que vi esta ¿película? en un tren, aburrido, y con ganas de distraerme. No sabía lo que me esperaba.

Y lo que me esperaba era una bazofia disfrazada de blanco, una especie de pseudosucedáneo de Sexo en Nueva York o El diablo viste de Prada, pero desde luego sin su trabajo ni ironía.

En Guerra de Novias todo huele ha visto, a rancio, a estúpido, a un neo – machismo conservador y repugnante en el que el fin absoluto de las vidas de dos mujeres supuestamente inteligentes y supuestamente independientes es casarse por todo lo alto (Sí, en el Plaza, me harté de oírlo…). Y encima tratan de justificárnoslo para que no parezcan dos lerdas cursis diciendo que una es pobre (aunque vive en un piso ideal en Manhattan…) y lleva ahorrando para su boda toda la vida; y que la otra está muy triste (aunque no puede llorar) porque su mamá le llevaba al Plaza y la mamá murió.

Pues que pena. Por las dos.

Y el caso es que disfruto de estas comedias tontas. Y he apreciado los talentos de Hudson y Hattaway en otras películas. Pero en Guerra de novias todo se me atraganta como un gigante pastel de merengue, es reiterativa hasta el hartazgo, los personajes son insoportables hasta la fiebre; y el mensaje final está tan mal transmitido, y además de manera tan blanda, que casi debo ir al baño de ese tren a vomitar.

El caso es que la vi entera. De principio a fin. Hasta yo me pregunto porque. Puede que porque se me hizo el viaje más corto. Aunque, la verdad, iba en AVE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario