BRIDGES. Julio Rojas. Nueva York. 2009.

lunes, 8 de noviembre de 2010

LA BODA DE MI NOVIA


MADE OF HONOR
2008
Dirección: Paul Weiland
Guión: Adam Sztykiel, Deborah Kaplan, Harry Elfont
Música: Rupert Gregson-Williams
Fotografía: Tony Pierce-Roberts
Reparto: Patrick Dempsey, Michelle Monaghan, Sydney Pollack, Kathleen Quinlan, Kevin McKidd, Busy Philipps, Kelly Carlson, Chris Messina
Premios:
Género: Comedia Romántica
Localizaciones: Central Park
Theater District (Times Square)
Midtown (Saks Departmens Store - 5th Av con East 50th St)
Sinopsis: Para Tom (Patrick Dempsey), la vida es maravillosa: Es sexy, triunfador, tiene éxito con las mujeres y sabe que siempre podrá confiar en su mejor amiga, la encantadora Hannah (Michelle Monaghan). Todo va bien hasta que Hannah se va seis semanas a Escocia por trabajo. Tom se da cuenta de que su vida está vacía sin ella y decide pedirle matrimonio cuando regrese de su viaje. El problema es que Hannah vuelve prometida y le pide a Tom que sea su "dama de honor".

Crítica:
La Amistad y el Amor

¿Qué es lo que se puede esperar de una película como La boda de mi novia?; desde un principio el filme no trata de renovar el género de la comedia romántica, tampoco trata de estudiar el amor como otros filmes del género, no busca premios ni trascendencia; entonces, ¿porqué ese ensañamiento con esta – entretenida, agradable, ligera, divertida, hasta emocionante - película? Sencillamente, no lo sé.

Porque, francamente, pienso que La boda de mi novia (título sin sentido y absurdo), posee una excelente galería de personajes, cualidad esencial para que el género de los romances blancos enamore. Aquí tanto la pareja protagonista (que desborda química y carisma), como el reparto de secundarios (los escoceses, los amigos, las damas de honor, los padres), están encantadores, divertidos, y con una capacidad para aprovechar los gags loable.

Además, la historia, situada entre Manhattan y Escocia, está rodada con elegancia y habilidad, siendo la mayor virtud de esta película que es un excelente vehículo de lucimiento para sus actores, algo que sobre todo Monaghan y Dempsey aprovechan, con clase, gracia y ternura, enamorando al espectador con esta bonita historia sobre la sutil barrera entre la amistad y el amor.

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