BRIDGES. Julio Rojas. Nueva York. 2009.

jueves, 25 de noviembre de 2010

LA LISTA

DECEPTION
2008
Dirección: Marcel Langenegger
Guión: Mark Bomback
Música: Ramin Djawadi
Fotografía: Dante Spinotti
Reparto: Hugh Jackman, Ewan McGregor, Michelle Williams, Maggie Q, Natasha Henstridge, Lynn Cohen, Malcolm Goodwin, Charlotte Rampling
Premios:
Género: Intriga
Localizaciones: Midtown (Bryant Park - 6th Av con West 40th St; Dylan Hotel, 52 East 41st St con Madison Av; Park Av con East 41st St)
Chinatown (Doyers Street)
Sinopsis: Jonathan McQuarry (Ewan McGregor) es un contable desconectado de la vida que es revigorizado por su nuevo amigo Wyatt Bose (Hugh Jackman), un carismático y poderoso abogado que introduce a Jonathan en un misterioso club sexual conocido como The List. Poco después de conocer a la mujer de sus sueños, Jonathan se convierte en el principal sospechoso de una serie de graves acusaciones.

Crítica:
Engaños a medio gas

Deception es una película alarmantemente trasnochada. No hay nada en ella que quiera resultar novedoso, o un mínimo factor sorpresa que la haga mínimamente especial. El director trata de adornar Nueva York (cosa que no hace falta) en los planos con colores y encuadres propios de sus orígenes (el video-clip), pero el resultado acaba resultando tan estilizado como frío y carente personalidad y de garra.

Supongo que no eran las intenciones de las cabezas pensantes el hacer de Deception una buena película en su género, por que si no no se explica la interminable sucesión de tópicos por los que arrastran su historia, desde la moralina conservadora de su mensaje hasta los giros de guión, tan previsibles como en el peor telefilm, y además inverosímiles en cuanto a la resolución de problemas y coincidencias de la trama.

Lo único que hace que Deception haya tenido una mínima repercusión es la presencia (que no labor) de McGregor, Jackman y Williams en el reparto. Sin estos tres nombres, la película habría naufragado indudablemente en las estanterías de los videoclubs (que ya casi no existen). Y aunque los tres hayan probado en muchas ocasiones su incuestionable talento, en Deception el guión define de una manera tan típica, tan esquemática y tan aburrida a sus personajes que es difícil que brillen con ellos.

Lo único bueno que se puede decir de Deception es que no aburre. La verdad es que te pasas toda la película pensando, adivinando y acertando lo que va a pasar en los siguientes cinco minutos, y eso te mantiene despierto.

Y eso sí, en Deception tenemos la oportunidad de ver un Madrid mucho más elegante y bonito que en la mayoría de las películas nacionales.

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