BRIDGES. Julio Rojas. Nueva York. 2009.

jueves, 25 de noviembre de 2010

EL DÍA DE MAÑANA

THE DAY AFTER TOMORROW
2004
Dirección: Roland Emmerich
Guión: Roland Emmerich & Jeffrey Nachmanoff
Música: Harald Kloser, Thomas Wanker
Fotografía: Ueli Steiger
Reparto: Dennis Quaid, Jake Gyllenhaal, Ian Holm, Emmy Rossum, Sela Ward, Arjay Smith, Tamlyn Tomita, Austin Nichols, Jay O. Sanders
Premios:
Género: Intriga, Ciencia Ficción, Acción
Localizaciones: Midtown (New York Public Library - 5th Av con 42nd St; Empire State Building, 350 5th Av con West 34th St)
Statue of Liberty, Liberty Island
Battery Park and the Financial District
Sinopsis: Las investigaciones llevadas a cabo por el climatólogo Jack Hall indican que el calentamiento global del planeta podría desencadenar un repentino y catastrófico cambio climático de la Tierra. Las perforaciones realizadas en la Antártida muestran que es algo que ya ha ocurrido con anterioridad, hace diez mil años. Y ahora está alertando a los dirigentes de que podría ocurrir de nuevo si no se adoptan medidas de forma inmediata. Pero sus advertencias llegan demasiado tarde.

Crítica:
Las olas se llevaron las ideas

El día de mañana es en esencia un discurso algo panfletario confeccionado, cocinado, o más bien precocinado, para las masas, autoconsciente, moralista y si, profundamente entretenido.

Habitualmente nos llegan a las pantallas duras críticas al sistema político, social, económico... pero pocas veces se ha acertado teniendo el valor de mostrar una de las brechas de nuestra sociedad: el trato a nuestro propio planeta; por lo que, al margen de la manera en que se haga, debemos aplaudir la valentía de El día de mañana sólo por hacerlo, aún a pesar de que sea de una manera extrañamente benevolente y ciertamente conservadora.

Pero hay que tener en cuenta que El día de mañana no es una cinta que lleve unos ideales por bandera, sino que su caráter de superproducción la supedita a despachos e ideas a menudo trasnochadas que puedan ser dirigidas a toda la familia y que gusten, para compensar sus inmensos costes; por lo que quién vaya a verla y espere encontrar un filme político que denuncie la situación medioambiental de nuestra sociedad, mejor que vuelva a los 70.

El resto (todo aquel que no se tome la película muy en serio) disfrutará de algunas de las secuencias catastrofistas mejor rodadas y presentadas del celuloide (de hecho a aquellos que nos gusta este género nos llegamos a quedar con hambre de más). Las secuencias de los tornados en Los Angeles, la innundación de Nueva York o el congelamiento del planeta, al margen de unos espléndidos efectos especiales son de un realismo y tensión apabullantes.

El resto de la cinta navega entre lo previsible y lo tópico, con incursiones de bellísimas postales de destrucción y un ritmo endiabladamente bueno, sostenido por todas esas escenas y un reparto adecuado a sus papeles, conscientes de que están allí sólo como comparsas de las olas, los hielos, los vientos... pese a que secundarios como Ian Holm o Sela Ward sacan provecho de sus papeles, Dennis Quaid se divierte como superheroe y Jake Gyllenhaal espera que pronto llegue Brokeback. Si se echa en falta, y esto es un grave problema de guión, un climax final, una escena espectacular, o algo que añadiese algo de tensión a los últimos minutos, que quedan algo pálidos en comparación con el dramatismo del resto de la cinta.

Una película espectacular, sincera, de escenas brillantes y ideas valientes (como las escenas en la biblioteca o el paso de Río Grande).

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