BRIDGES. Julio Rojas. Nueva York. 2009.

viernes, 26 de noviembre de 2010

EL PRECIO DEL PODER

SCARFACE
1983
Dirección: Brian De Palma
Guión: Oliver Stone
Música: Giorgio Moroder
Fotografía: John A. Alonzo
Reparto: Al Pacino, Michelle Pfeiffer, Steven Bauer, Mary Elizabeth Mastrantonio, Robert Loggia, F. Murray Abraham, Miriam Colon, Harris Yulin, Paul Shenar
Premios
Género: Intriga
Localizaciones: Hell's Kitchen (Tudor City Place - East 41st St)
Queens (Queensboro Bridge)
Sinopsis: Un emigrante cubano frío y sanguinario, Tony Montana, llega de Cuba para instalarse en Miami, donde se propone hacerse con un nombre dentro del crimen organizado de Florida. Junto a su amigo, Manny Rivera, inicia una fulgurante carrera delictiva con el objetivo de ascender a la cúpula de una organización de narcos.

Crítica:
La tragedia de Tony Montana

Scarface, o El Precio del Poder (la traducción sentenciosa al español), es una de las obras cumbres de un director tan irregular pero sin embargo tan talentoso como de Palma. En esta ocasión aplica su estilo seco y austero a un ambiente lujoso y espectacular, para contar la historia de ascenso y caída de un paleto cubano en el Miami de 1970 - 1980, en el seno del crimen organizado y el trafico de cocaína.

De Palma vuelve a disfrutar de sus excesos a la hora de ejecutar espectaculares travellings y secuencias de acompañamiento a lo largo de grandiosos decorados, a la vez que ofrece una obra como las que ya no se hacen en Hollywood en cuanto a la violencia. En Scarface la violencia se convierte en un personaje más, y no precisamente para criticarlo, porque la historia no funcionaría sin esa violencia explícita que acompaña a Tony Montana a lo largo de toda su odisea, que cuenta con un estupendo guión de Oliver Stone, poco después de sus experiencias en Vietnam, lo que no parece en absoluto casualidad, estructurado de forma directa y sin tapujos a modo de verdadera tragedia con resonancias griegas: la ambición por el poder, la influencia de la madre, la protección de las mujeres del antihéroe, las conspiraciones internas dentro de un mismo bando, los celos, los excesos... todos los elementos de los viejos cánticos aparecen en esta furiosa biografía de la ambición, por que si algo tiene Montana es ambición.

No se sabe si por el guión o por la mimética composición de Pacino pero el personaje de Tony Montana ha conseguido el estatus de personaje de culto. El error de la película tiene algo que ver con esto, ya que tanto la descripción de Montana en el guión como la interpretación de Pacino acaban nublando al resto de actores y personajes convirtiendo a la mayoría (exceptuando a Michelle Pfeiffer, porque ella es una de las actrices con más poder en la pantalla de las últimas dos décadas) en meros comparsas del protagonista, creando un vacío humano a su alrededor, lo que puede ser intencionado, teniendo en cuenta la brutalidad y ausencia de rasgos humanos que alcanza.

El mítico actor viene a explicarnos con esta interpretación porque es mítico. Su transformación interpretactiva va más allá de lo físico, prácticamente ausente en maquillaje o caracterización. En él vemos la figura de ese inmigrante cubano obligado por si mismo a no quedarse permanecer en tan solo eso. En él, en sus movimientos, en su forma de hablar (por supuesto impagable en versión original)... vemos ese afán de poder, esa ambición sin límites por llegar a un punto en que más tarde él mismo no sabrá ni que hacer (la secuencia de la cena lo dice todo), vemos a un hombre honorable a la vez que cruel, apasionado a la vez que egoísta. Vemos soberbia en su interpretación, y vemos, que como Montana, nunca miente...

No hay comentarios:

Publicar un comentario