BRIDGES. Julio Rojas. Nueva York. 2009.

jueves, 2 de diciembre de 2010

GANGS OF NEW YORK

GANGS OF NEW YORK
2002
Dirección: Martin Scorsese
Guión: Jay Cocks, Steven Zaillian, Kenneth Lonergan
Música: Howard Shore
Fotografía: Michael Ballhaus
Reparto: Leonardo DiCaprio, Daniel Day-Lewis, Cameron Diaz, Jim Broadbent, John C. Reilly, Henry Thomas, Brendan Gleeson, Liam Neeson, David Hemmings, Stephen Graham, Gary Lewis
Premios: 10 Nominaciones a los Oscar, incluyendo mejor montaje, canción, actor, fotografía
2 Globos de Oro: Mejor Director, canción. 5 nominaciones
BAFTA: Mejor actor (Daniel Day-Lewis). 12 nominaciones
Nominada al César: Mejor película extranjera
Círculo de críticos de Nueva York: Mejor actor (Daniel Day-Lewis)
Género: Drama histórico
Localizaciones: Five Points (Actual Chinatown), Lower Manhattan
Sinopsis: Nueva York, 1863. La ciudad está regida por la corrupción política, y la guerra de bandas entre los irlandeses de Manhattan y los americanos nativos aumenta en disturbios y número de muertos. En este contexto, el joven inmigrante irlandés Amsterdam Vallon (Leonardo DiCaprio) busca venganza contra William Cutting, "Bill el carnicero" (Daniel Day-Lewis), el hombre que mató a su padre (Liam Neeson).

Crítica:
Una Gran Ciudad Nacida de la Sangre y el Sufrimiento

Gangs of New York es, probablemente, una de las películas más caóticas, excesivas y descontroladas no sólo del cine de Martin Scorsese, sino también del cine contemporáneo. Scorsese, alejándose así de otras obras milimétricas de su carrera (como las posteriores Infiltrados y Shutter Island), construye con Gangs of New York una de las últimas grandes películas “reales” del séptimo arte. Con reales me refiero no sólo a la grandeza de sus decorados, sino a la importancia física y sensorial de éstos en una época dominada por lo digital.

Si hay algo que no se puede discutir en Gangs of New York es eso: como las localizaciones, la creación de ambientes, los detalles de la escenografía y en general la puesta en escena es capaz de aportar a la historia autenticidad, espectacularidad y emoción. La desmesurada ambición de Scorsese en esta cinta (o en El Aviador) se traduce en espectáculos irregulares, pero intachables desde el punto de vista estético.

Y además de una factura técnica tan impresionante como detallada, Gangs of New York cuenta con un espléndido reparto, desde todos los secundarios hasta, sorprendentemente Cameron Diaz, en un papel que hubiésemos querido para una Keira Knightley o Julianne Moore, pero que sin esperarlo Diaz convierte en el mejor de su carrera, emotivo y auténtico; hasta un Di Caprio que está creíble y entregado, pese a que su fama en el momento y los cortes en la película perjudican su interpretación; y, por supuesto, Day-Lewis, cuya composición es tan extraordinaria, compleja y perfecta como acostumbra. Su sola presencia produce terror, su cuerpo escalofríos, su mirada profunda convicción...

Después, en cuanto a la historia, se puede opinar que no es verídicamente exacta, o que se atropella a si misma y no desarrolla enteramente a sus personajes, (culpa de, pienso yo, sus productores y distribuidores, no su director), pero pocas veces, o más bien ninguna, se ha contado el origen de Nueva York, y por tanto de todo un país y una cultura, de un modo tan bestialmente directo, tan carnalmente emocional, tan barroco y a la vez desolado.

Scorsese quiere con Gangs of New York crear la película clave del nacimiento de una nación, y por muy altas que sean sus metas, la mirada a su ciudad desde sus orígenes se convierte en un apasionado y apasionante episodio de guerra, racismo y venganza que en algunos momentos alcanza la categoría de magistral (como en el final, en la exploración de las clases acomodadas, en las incursiones de William Cutting...) mirada histórica a las heridas constantes de una sociedad creada desde la violencia y que sigue generando violencia.

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