BRIDGES. Julio Rojas. Nueva York. 2009.

jueves, 22 de septiembre de 2011

UNCERTAINTY

UNCERTAINTY
2008 
DirecciónScott McGehee, David Siegel
GuiónScott McGehee, David Siegel
MúsicaPeter Nashel
FotografíaRain Li
RepartoJoseph Gordon-Levitt, Lynn Collins, Assumpta Serna, Nelson Landrieu
Premios
Género: Drama Romántico, Intriga 
Localizaciones: Chinatown (East Broadway and Catherine Street)
Four Squares (Union Square Station, East 14th Street)
Financial District (Chambers Street and Centre Street; Municipal Building, Centre Street)
Midtown (1st Avenue - between 42nd and 48th street; New York Public Library, 5th Avenue)
Greenwich Village (Cinema Village, 22 East 12th Street and 5th Avenue)
Brooklyn (Water Street and Bridge Street; Prospect Street and Washington Street; Brooklyn Bridge)
Lower East Side (Manhattan Bridge)
SinopsisUna joven pareja de enamorados recibe la mejor noticia de cualquier matrimonio: Kate está embarazada. La incertidumbre sobre cuál será su futuro les embarga pero el lanzamiento de una mágica moneda planteará dos realidades alternativas bien diferentes: en una de ellas, la pareja se encuentra en una barbacoa el 4 de julio en casa de la familia de Kate; en la otra, Bobby descubre un móvil olvidado en el asiento trasero de un taxi y decide encontrar a su dueño repitiendo las últimas llamadas marcadas en el teléfono. Lo que tienen en común ambas historias de la misma moneda es que en cada una de ellas podremos encontrar las respuestas para su antagónica.

 Crítica:
Verde, Amarillo, y poco más

Los dos realizadores independientes Scott McGehee, David Siegel, plantean con Uncertainty una película casi tan extraña como su propia filmografía. Y no porque su argumento no se haya visto antes (me viene a la mente Dos Vidas en un Instante, por ejemplo), sino por la manera en que este está tratado en el sentido visual, de manera excelente, y en el desarrollo de la historia, aquí mucho más fallida.

Y es que el principal problema de Uncertainty es que no queda muy claro lo que los realizadores quieren contar. Si lo que tratan es de construir una metáfora sobre el poder de nuestras decisiones en el devenir de nuestras vidas, su película peca de superficial y de no ahondar en un tema que merece mucha más atención. Pero el problema del guión no es tan solo ese: sus metáforas, si es que son eso, tampoco funcionan, pues no llegas a entender los principales McGuffins de las dos historias (el perro y el teléfono), en parte porque ambas historias tienen infinidad de agujeros de guión, de obstáculos irresolubles que son ignorados, y de personajes que no llegan a comprenderse.

Además de eso, una de las realidades paralelas/alternativas/o lo que sea funciona, y la otra no lo hace, grave error teniendo en cuenta que es una película fragmentada en dos argumentos que no tienen nada que ver. Por eso la intriga de la historia de “amarillo” consigue mantenerse a flote gracias a su ritmo, pese a lo improbable que es; y por eso la historia de “verde” no lo hace, pues su conflicto dramático no funciona en la medida en que no tiene suficiente importancia ni para sus realizadores, ni para sus personajes, ni para nosotros mismos.

Pero hay que apreciar el original enfoque visual de una cinta que es en sus imágenes en lo que mejor funciona, en el cuidado tratamiento de esos dos colores mencionados, en la fascinación arquitectónica evidente que sus realizadores sienten por Nueva York, y en la doble ración de Joseph Gordon-Levitt y Lynn Collins, dos actores más que efectivos y que hacen muy buena pareja juntos, pero que han estado en mejores películas.

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